Después del incendio registrado en el Mercado de Abasto, sube lentamente venta de artesanías

Economía Oaxaca

“Desde el 27 de mayo a la fecha han sido los meses más tristes de mi vida. A veces siento que todo esto es una pesadilla muy fea, pero después me doy cuenta de que no, esto es real; nos quedamos sin nada”, dice doña Hilda, sentada en un banco en el lugar donde antes tenía un aparador en el que mostraba las artesanías que ofrecía a turistas y locales que visitaban su tienda.

El local de Hilda Pérez Guzmán abarcaba gran parte del área de artesanías en el Mercado de Abasto, en la capital oaxaqueña; no obstante, después del pasado 27 de mayo, cuando se registró un incendio en esta zona, su local ahora se limita a dos espacios de dos metros por uno.

Aunque los canastos y bolsas que vende doña Hilda son coloridos, el local es oscuro por las láminas y el foco que tiene encendido no es suficiente para mostrar el color natural de las muñecas de totomoxtle y los canastos con flores.

Al entrar al área de artesanías se siente un aire de nostalgia. Todos los comerciantes están callados, acomodando la poca artesanía que pueden ofrecer. Algunos locales están vacíos, pues pertenecen a las personas de la comunidad Triqui “y ellos tienen otros puestos en el centro y ahí venden más que aquí”.

“Hay días que yo sola me doy ánimos, otros en los que me derrumbo, pero tengo que levantarme otra vez. Es muy triste que en una noche se nos haya perdido todo y más triste que parece que las autoridades nos olvidaron”, comparte con voz entrecortada y mientras se limpia las lágrimas.

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«Todo es fiado»

“Todo lo que tenemos aquí, es fiado. Los artesanos, cuando supieron lo que ocurrió, me llamaron y me dijeron que no me preocupara, que en cuanto estuviera lista para regresar a vender, me ayudarían; ellos nunca nos dejaron solos”, afirma entre lágrimas la comerciante.

De acuerdo con la comerciante, quien lleva más de 33 años trabajando en este lugar, muchos de los artesanos de Santa Cruz Papalutla, San Juan Guelavía, Teotitlán del Valle, Villa de Zaachila y de varias comunidades de la Mixteca, vienen a ofrecer sus productos que eran bien vendidos hasta antes de la pandemia.

“Yo les dije: ‘amigos, ya voy a empezar, pero no tengo dinero’ y ellos llegaron con sus carros llenos de mercancía y como ya comenzamos a vender un poquito, con eso se les ha pagado y así nos podrán dar más”, afirma con entusiasmo.

Doña Hilda resalta que el incendio no sólo afectó a los comerciantes que han pasado toda una vida en el mercado, sino también a los artesanos que dependen de ellos y ofrecen los productos.

“Los artesanos vienen con la esperanza de vender sus productos y llevar algo a su hogar. Sentimos feo porque vienen con sus canastos y no tenemos dinero para comprárselos. A veces les decimos que nos dejen un tanto y después les terminamos de pagar”, relata.

Mientras ella conversaba, llegó al lugar un artesano, quien le preguntó si compraban algunas piezas y aunque ella le comentó que no tenía mucho dinero, él se las dejó.

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Las ventas eran buenas

La comerciante recuerda que antes de la contingencia sanitaria, las ventas eran muy buenas, pues grupos musicales y folclóricos se acercaban con ella para comprarle sombreros, paliacates, canastos que ofrecían en sus presentaciones o fiestas.

Asimismo, era muy común ver turistas nacionales y extranjeros recorriendo los pasillos y llevándose alguna artesanía para sus lugares de origen o que locales compraran para sus fiestas, para darlos como regalos.

“Lo que más se llevaban eran los canastos o unas muñecas que yo confecciono, ya sea con ropa de quinceañera o de las regiones del estado; pero como no hay fiestas, tampoco hay esos pedidos”, lamenta. 

Todos los días, doña Hilda es acompañada por su hija del mismo nombre, quien también tiene un puesto de joyería artesanal, y ambas están a la espera que pronto las autoridades puedan escucharlas y darles a conocer el proyecto y fecha que tanto esperan desde mayo.

Cabe recordar que desde hace dos meses, el municipio capitalino les instaló unas lonas para cubrir del sol y lluvia a los locales de madera temporales, mientras esperan que comience la reconstrucción de toda la zona afectada, que de acuerdo con los documentos que les han contestado, estará a cargo del  Instituto Oaxaqueño del Emprendedor y de la Competitividad.

“En el mercado hay gente oaxaqueña muy trabajadora, que nos paramos muy temprano para venir a trabajar y nos vamos muy tarde.  Siempre trabajando honradamente, este es nuestro hogar, pero necesitamos que lo reconstruyan, que las autoridades no nos abandonen”, solicita.

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