Con gran alegría y esperanza, el Seminario Pontificio de la Santa Cruz dio inicio a su ciclo formativo, marcado por la emotiva recepción de sotana de jóvenes en la etapa discipular. La Eucaristía fue presidida por Monseñor Pedro Vázquez Villalobos, acompañado por el equipo formador y los rectores de los seminarios de Puerto Escondido y Tehuantepec.
Tres seminaristas de primer año de la etapa discipular, provenientes de las diócesis de Puerto Escondido, Tehuantepec y Antequera Oaxaca, recibieron su sotana, simbolizando su compromiso y dedicación a su formación sacerdotal. En su homilía, Monseñor Vázquez Villalobos exhortó a los seminaristas a vivir con intensidad cada etapa de su formación, reconociendo la gracia divina que se manifiesta en su vocación.
Monseñor Vázquez Villalobos subrayó la importancia de este evento, recordando que no es una vivencia cotidiana, sino un momento especial de gracia para el seminario y las diócesis. «Seminaristas, entréguense a Dios con el deseo profundo de ser sus sacerdotes», instó, alentando a los jóvenes a alimentar su esperanza e ilusión con la convicción de que un día se convertirán en sacerdotes.
Además, 18 jóvenes ingresaron al Curso Propedéutico, iniciando su camino formativo con la ilusión de recibir su sotana el próximo año. Monseñor Vázquez Villalobos también mencionó la próxima ordenación sacerdotal del Diácono Pedro Andrés, quien ha acompañado a los ahora seminaristas del Curso Propedéutico como coordinador de la Pastoral Vocacional del Seminario y que será ordenado el 8 de agosto. Monseñor animó a los seminaristas a vivir con alegría y entrega su formación.
El calendario de eventos formativos del seminario incluye la recepción de órdenes y ministerios de seminaristas en la etapa de síntesis, que se celebrará el 11 de agosto en la Catedral. Asimismo, se espera en nuestra Arquidiocesis la ordenación episcopal de Monseñor Luis Alfonso Tut Tun, programada para el 22 de agosto, será un momento de gran alegría para la provincia y la Iglesia.
Monseñor Vázquez Villalobos destacó la figura del Santo Cura de Ars, patrón de los sacerdotes, como un ejemplo de virtud y entrega sacerdotal, a pesar de sus limitaciones intelectuales. «Necesitamos sacerdotes ricos en virtudes, preparados para el mundo de hoy, pero sobre todo, llenos de santidad», afirmó.
En su mensaje final, Monseñor Vázquez Villalobos recordó que los seminaristas deben dejarse acompañar y esforzarse por alcanzar la santidad, viviendo intensamente cada etapa de su formación como discípulos del Señor y esforzándose cada día por parecerse más a Jesucristo. «El pueblo observa a sus sacerdotes y seminaristas. Vivan su formación con entrega y compromiso, para ser reflejo de la santidad que nuestro mundo necesita», concluyó.